La extraña sensación en el estómago continúa, miramos por la ventanilla e intuimos que ya llevamos una velocidad considerable, son unos segundos muy largos, desde la terminal la pista parecía mas corta. Cuando menos lo esperamos el morro del avión comienza a levantarse, la sensación que sentíamos en el estómago ahora es acompañada por otra sensación muy difícil de describir, ¡estamos volando! Observamos por la ventanilla como los coches, las casas, las carreteras, los árboles... todo se reduce rápidamente a insignificantes puntos cada vez más difíciles de diferenciar.
-Iberia 1234, llame aproximación en 120.1, buen vuelo!
-Aproximación 120.1, buen servicio, Iberia 1234
El control de aproximación gestiona las llegadas y las salidas de uno o varios aeropuertos. En el argot de control a estas llegadas y salidas se les conoce como "tráfico en evolución", es decir, aviones que están subiendo tras el despegue o aviones que están descendiendo para aterrizar.
Es el más complejo en cuanto a procedimientos y agilidad del controlador se refiere; los profesionales con más experiencia suelen ocupar estas posiciones, las de "aproximadores".
Tras despegar, la torre (el controlador local), transfiere los aviones a aproximación. A partir de este momento el seguimiento y control del avión se realiza únicamente a través de radares, es decir, se pierde la visión directa con el avión y solo es posible seguirlo a través de una pantalla. Las llegadas las transfieren los controladores de ruta cuando están empezando a descender del "nivel de crucero" hacia el aeropuerto de destino.
Captura radar aproximación Alicante |
La función del aproximador es organizar las llegadas, que provienen de diferentes puntos de su espacio aéreo, haciendo una especie de "cola" con final en la pista del aeropuerto. A su vez tiene que separar las salidas de las llegadas, cruzando unas con otras sin que se la peguen.
Por lógica elemental, si dejas caer una pelota (avión en llegada) desde cierta altura y a la vez lanzas otra pelota (avión en despegue-salida) hacia arriba, en un determinado momento se encontrarán a la misma altura, además esas pelotas se mueven a 500km/h. Tu función como aproximador es que ambas puedan subir y bajar, moviéndose por tu espacio aéreo sin que se acerquen demasiado. Si hasta aquí lo has entendido, ahora multiplica las pelotas por cuatro. La dificultad crece exponencialmente.
A parte del jaleo de las pelotas, hay que organizar una "cola" con las llegadas, y es que los aviones no pueden aterrizar a la vez.
Mas correctamente, a la cola se le llama "secuencia". Es simplemente poner un avión detrás de otro, separado una distancia X y transferirlo a la torre para que le autorice a aterrizar. La definición es muy sencilla, la práctica no tanto...
Pero puede ser mucho peor: cuando ya tienes la "secuencia" planificada y guías los aviones situándolos uno detrás de otro con un arte increíble (pero muy poco reconocida), llama un avión diciendo que tiene un pasajero enfermo y solicita prioridad.
Toda la secuencia al carajo; toca volver a separar los aviones para dar prioridad al enfermo y después volver a juntarlos, pero claro con cinco aviones más que se han ido sumando a la fiesta conforme pasaba el tiempo. Estresante solo de leerlo, ¿no?.
En aeropuertos con mucho tráfico, léase Madrid por ejemplo, la aproximación esta dividida en varios sectores, es decir, se reparten el tráfico que llega y sale entre varios controladores, porque sino sería sencillamente imposible de manejar.
-Aproximación buenas tardes, Iberia 1234 en despegue.
-Iberia 1234, muy buenas, en contacto radar, ascenso nivel de vuelo 120.
-Ascenso 120, Iberia 1234.
El avión sigue trepando, el ajetreo que se vive en la tierra lo dejamos atrás, también los problemas, sentimos el placer de volar, mientras un increíble atardecer protagonizado por un sol anaranjado se abre paso entre una densa capa de nubes.