jueves, 26 de enero de 2012

En contacto radar

La extraña sensación en el estómago continúa, miramos por la ventanilla e intuimos que ya llevamos una velocidad considerable, son unos segundos muy largos, desde la terminal la pista parecía mas corta. Cuando menos lo esperamos el morro del avión comienza a levantarse, la sensación que sentíamos en el estómago ahora es acompañada por otra sensación muy difícil de describir, ¡estamos volando! Observamos por la ventanilla como los coches, las casas, las carreteras, los árboles... todo se reduce rápidamente a insignificantes puntos cada vez más difíciles de diferenciar.

-Iberia 1234, llame aproximación en 120.1, buen vuelo!

-Aproximación 120.1, buen servicio, Iberia 1234

El control de aproximación gestiona las llegadas y las salidas de uno o varios aeropuertos. En el argot de control a estas llegadas y salidas se les conoce como "tráfico en evolución", es decir, aviones que están subiendo tras el despegue o aviones que están descendiendo para aterrizar. 

Es el más complejo en cuanto a procedimientos y agilidad del controlador se refiere; los profesionales con más experiencia suelen ocupar estas posiciones, las de "aproximadores".

Tras despegar, la torre (el controlador local), transfiere los aviones a aproximación. A partir de este momento el seguimiento y control del avión se realiza únicamente a través de radares, es decir, se pierde la visión directa con el avión y solo es posible seguirlo a través de una pantalla. Las llegadas las transfieren los controladores de ruta cuando están empezando a descender del "nivel de crucero" hacia el aeropuerto de destino.

Captura radar aproximación Alicante

La función del aproximador es organizar las llegadas, que provienen de diferentes puntos de su espacio aéreo, haciendo una especie de "cola" con final en la pista del aeropuerto. A su vez tiene que separar las salidas de las llegadas, cruzando unas con otras sin que se la peguen.

Por lógica elemental, si dejas caer una pelota (avión en llegada) desde cierta altura y a la vez lanzas otra pelota (avión en despegue-salida) hacia arriba, en un determinado momento se encontrarán a la misma altura, además esas pelotas se mueven a 500km/h. Tu función como aproximador es que ambas puedan subir y bajar, moviéndose por tu espacio aéreo sin que se acerquen demasiado. Si hasta aquí lo has entendido, ahora multiplica las pelotas por cuatro. La dificultad crece exponencialmente.

A parte del jaleo de las pelotas, hay que organizar una "cola" con las llegadas, y es que los aviones no pueden aterrizar a la vez.

Mas correctamente, a la cola se le llama "secuencia". Es simplemente poner un avión detrás de otro, separado una distancia X y transferirlo a la torre para que le autorice a aterrizar. La definición es muy sencilla, la práctica no tanto...

Pero puede ser mucho peor: cuando ya tienes la "secuencia" planificada y guías los aviones situándolos uno detrás de otro con un arte increíble (pero muy poco reconocida), llama un avión diciendo que tiene un pasajero enfermo y solicita prioridad.

Toda la secuencia al carajo; toca volver a separar los aviones para dar prioridad al enfermo y después volver a juntarlos, pero claro con cinco aviones más que se han ido sumando a la fiesta conforme pasaba el tiempo. Estresante solo de leerlo, ¿no?.

En aeropuertos con mucho tráfico, léase Madrid por ejemplo, la aproximación esta dividida en varios sectores, es decir, se reparten el tráfico que llega y sale entre varios controladores, porque sino sería sencillamente  imposible de manejar.

 


-Aproximación buenas tardes, Iberia 1234 en despegue.

-Iberia 1234, muy buenas, en contacto radar, ascenso nivel de vuelo 120.

-Ascenso 120, Iberia 1234.

El avión sigue trepando, el ajetreo que se vive en la tierra lo dejamos atrás, también los problemas, sentimos el placer de volar, mientras un increíble atardecer protagonizado por un sol anaranjado se abre paso entre una densa capa de nubes.

jueves, 5 de enero de 2012

martes, 3 de enero de 2012

¡Autorizado a despegar!

El avión se ha detenido; lo ha hecho cerca de la pista pero sin llegar a entrar, ya sabemos que esto es lo que llamamos "punto de espera", lo aprendimos cuando llegamos al aeropuerto, ¿a que sí? El piloto ha llamado al controlador y le ha indicado que esta listo para despegar, pero nos toca esperar, un avión aterrizará antes que nosotros, mientras tanto veamos de que se encarga este controlador, el "local":

Antes resumimos a groso modo: el controlador de autorizaciones se encarga de dar las instrucciones iniciales que el piloto hará tras el despegue, el controlador de rodadura se encarga de mover por el aeropuerto los avioncitos que llegan y salen sin que se choquen entre ellos y por último el controlador local es el que se encarga de autorizar a aterrizar y despegar los aviones, entre otras cosas que ahora veremos.

Los aviones comerciales (IFR) casi siempre utilizan un sistema de aterrizaje automático (o semiautomático, según como se mire), se llama ILS y es básicamente un "tobogán" imaginario que termina en la pista y que solo el avión ve y el piloto automático sigue, literalmente. Digo semiautomático porque este sistema ayuda al piloto a alinear el avión con la pista y descender adecuadamente, pero el piloto es el que tiene la última palabra y el que decide si aterriza o no. Es un sistema realmente increíble y que merece un post más adelante.., no me enrollo.

Descripción gráfica del ILS o "tobogán"


Otro controlador, que ya conoceremos algún día, es el que se encarga de guiar los aviones hasta que llegan al "tobogán" y una vez allí los pasa con la torre, en concreto con el controlador local, protagonista de este post.

Una vez en el "tobogán" se trata de autorizarlos a aterrizar si nada se opone y a la vez ir intercalando las llegadas con las salidas, que como bien es sabido aguardan pacientemente en el "punto de espera" su turno.

Parece fácil pero no siempre lo es; en aeropuertos con bastante tráfico el "tobogán" suele tener mas de dos y tres aviones a la vez, cuando autorizas a uno a aterrizar estas mordiéndote las uñas hasta que sale de la pista y la deja libre para el siguiente. Si encima tienes que intercalar los despegues con las salidas aún es peor, porque hay algunos que se toman su tiempo en la pista hasta que se deciden despegar y mientras en el "tobogán" hay otras tantas toneladas de aluminio llenas de personas  acercándose a mas de 200km/h que también quieren usar la misma pista.

Afortunadamente los aeropuertos mas grandes y con más tráfico, como Madrid o Barcelona, tienen más de una pista que se usan separadamente para llegadas y salidas, en estos casos hay mas de un controlador local y cada uno se ocupa de una pista y de las llegadas o salidas. No es que sea más fácil, es que sino sería sencillamente imposible.


Un fenómeno importante que ha de tener en cuenta el controlador son las estelas turbulentas, son corrientes de aire que generan los aviones tras de sí. Cuanto más pesa el avión más intensa y peligrosa es su estela turbulenta, por ello existe una clasificación que ayuda a "separar" los aviones y que estos no se vean afectados por la estela del avión que les precede. Por poner un ejemplo de su peligrosidad, si despega un avión de los que imponen (un jumbo mismamente) y justo detrás una avioneta, lo mas probable es que esta acabe estrellada en el suelo.

Afecta especialmente a los aviones que despegan, y se soluciona dejando un margen de tiempo entre los despegues para que desaparezca la estela turbulenta. El margen de tiempo varía según el peso del avión que despega y el que va detrás, para esto se utiliza la clasificación que decíamos antes.

Estela turbulenta

Además de todo esto, también existen las avionetas, helicópteros y resto de "aparatos voladores" que utilizan las reglas de vuelo visual (VFR). Estos últimos no utilizan el ya conocido "tobogán" sino que hay unos procedimientos específicos y totalmente manuales cuando llegan o salen del aeropuerto. 

Utilizan unas rutas conocidas para llegar o salir del aeropuerto que utilizan referencias visuales, además  aterrizan en manual totalmente y haciendo unas maniobras específicas que por no aburrir no contaré hoy. Lo importante es saber que también existen estos tipos de vuelos y que que el controlador local facilita su convivencia, encargándose de dirigir, coordinarlos y separarlos del resto de aviones.

La gracia de todo esto es que se controla con la "vista", es decir, el controlador hace su faena mirando todo lo que ocurre a través del cristal y muchas veces con la ayuda de unos prismáticos. Si es cierto que existen pantallas radar de apoyo que facilitan las cosas, pero no deja de ser lo que se conoce como control convencional, es decir, sin radar. La visibilidad es un factor determinante en este tipo de control, por ello cuando las cosas se ponen feas y no se ve tres en un burro hay que extremar la precaución, denegar vuelos visuales VFR y aumentar la separación entre los aviones, entre otras cosas.

A groso modo esta es la función del controlador local, además las pistas son de su responsabilidad y cualquier aparato o ser que quiera poner un pie en ellas tiene que hacerlo con su autorización. Naturalmente las cosas siempre pueden complicarse; si un avión tiene un problema y no puede salir de la pista hay que cerrarla, si nieva hay que limpiarla a menudo, el conejo que se cruza y acaba en el tren del avión...cosas que pasan.

P - Iberia 1234, esta autorizado a entrar y despegar pista 30, viento 280 cinco nudos.

A - Autorizados a entrar y despegar de la 30, Iberia 1234.

El comandante desliza el mando de los gases hacia delante y notamos una intensa a la vez que extraña sensación que nos empuja contra el asiento y agita nuestro estómago, el avión comienza a tomar velocidad.